6 de abril de 2009

La crisis de la enseñanza del derecho notarial

La enseñanza del derecho y específicamente del derecho notarial y registral en nuestro país se encuentra mal planteada, basta dar un vistazo a los datos estadísticos en el Juzgado Notarial y el Tribunal de la misma materia, con seis mil casos de circulante aproximadamente en el primero y un número muy elevado de profesionales denunciados.
¿Pero por qué es que sucede esto? ¿Acaso se trata de notarios que tratan de defraudar la fe pública que en ellos se ha depositado adrede o más bien de profesionales que cometen yerros por desconocimiento, descuido o negligencia en la función?
Antes de contestar esta pregunta capciosa con trazas de ser afirmación, echemos un vistazo a la enseñanza universitaria en el campo que nos compete. De lo que recuerdo en mis años de alumnado en la Universidad de Costa Rica, a parte de los buenos momentos al lado de compañeros y los ratos amenos discutiendo entre recreos y escapadas de las clases que no nos atraían; el derecho notarial, que sobra decir no ocupaba, al igual que hoy pienso yo, los primeros lugares en las preferencias de los estudiantes en cuanto a deseos de aprender y desempeñar, hacía que pocos de nosotros tuviera una noción de a lo que nos enfrentaríamos en un futuro.
La materia transitaba entre hacer un protocolo con algunas escrituras machoteras que nunca se corrigieron, y la discusión del por qué el nuevo código que se discutía en la Asamblea en ese entonces no era adecuado a nuestros intereses pues trataba de limitar el número de notarios que ejercían mediante la exigencia de un posgrado.
Apenas si tuvimos algunos fundamentos puramente teóricos de lo que el notariado como disciplina jurídica exigía y no pasamos más allá de ver la amenaza de tener que pagar un monto supérfluo por un "fondo de garantía" que no garantizaba nada.
Más adelante en mi carrera, al tener ya que enfrentar la competencia del exceso de oferta en el derecho, con la creciente presión de la necesaria especialización y ante la frustración de no tener una idea clara de qué hacer con aquél título "extra" que me habían otorgado por cursar los cinco años de estudios universitarios, decidí iniciar una aventura académica en la Maestría en Derecho Notarial y Registral de mi querida "alma mater".
Para mi sorpresa, aquella materia olvidada y que yo pensaba no iba a ser más que un "plus" en mi función de abogacía, se convirtió poco a poco en una fuente de interés y de descubrimiento de elementos muy interesantes y peculiares que no coincidían con la práctica cotidiana que ya había podido palpar en las oficinas de colegas y la mía propia hasta ese momento.
Ideas locas como la de la imparcialidad de la función, la unidad del acto, el sistema de seguridad jurídica y muchas otras que los profesores de la Maestría nos enunciaban en las aulas no aparecían en la realidad del ejercicio notarial.
A partir de allí empecé a tomar conciencia de lo mal que se ha enseñado el derecho notarial en nuestra Universidad y en algunas otras universidades fuera de la tutela obligada que nuestro esquema estatal, al menos aparenta.
El derecho notarial está siendo enseñado mediante mecanismos poco modernos, machoteros y que no generan conciencia crítica entre los estudiantes, pocas veces se cuestiona la práctica cotidiana de los mismos notarios y se da por un hecho que ya todo está inventado en torno a la escritura pública.
A ello se debe aunar el poco o nulo apoyo que el estudiante tiene para poder adquirir los conocimientos prácticos en materia notarial, si bien se pensó un transitorio de dos años de espera mientras se estudia un posgrado para poder ejercer de manera práctica, nunca se han dado formas y opciones de práctica a quienes quieren optar por el puesto.
Los posgrados que se ofrecen en el ámbito nacional son caros, en muchos casos sus programas responden más a necesidades de ejercer por parte de quienes los cursan en el menor tiempo posible y esto repercute en el bajo nivel de exigencia y de aprehensión por quienes intervienen en ellos.
Para cerrar este círculo vicioso, los profesores que imparten los cursos, en muchos casos no son especialistas en la materia, o bien si lo son, no tienen nociones de didáctica y pedagogía que les permitan transmitir de manera efectiva los conocimientos a sus estudiantes, lo que provoca que en algunos casos se quiera llevar la enseñanza a otras áreas del derecho que si bien son muy provechosas no llenan los vacíos prácticos que los profesionales notariales evidencian, y por otro lado que los estudiantes se limiten a conseguir el objetivo de pasar el curso, ganar el semestre y obtener la especialidad para poder ejercer, pero sin la especialización en el conocimiento que se busca.

Para terminar esta disertación sobre el tema propuesto, debemos decir que la enseñanza del derecho notarial no responde a ningún estudio de necesidades realmente palpable, no se han tomado en cuenta las investigaciones de los especialistas, las estadísticas que se obtienen de la práctica cotidiana, ni los diagnósticos de los problemas logísticos o de fondo del acceso a la función.

Seguimos debatiendo a diez año del cambio, si estuvo bien o no, si se debe mantener o no y sobre todo con las recientes decisiones de la Sala Constitucional, si será sostenible o no. El notariado en nuestro país se ha plagado de intereses económicos que le impiden desarrollarse libremente, debemos cada uno de nosotros tomar conciencia de que los posgrados en la materia deben responder a una verdadera especialización en el campo, que no puede ser un requisito más que se consigue pagando por unos cuantos cursos que sustituyen a los de la Licenciatura, que se requieren debido a la importancia de la función que se ejerce y que van en relación a un estatus que debemos rescatar, el de depositario de la confianza pública.

Hoy más que nunca, debemos conseguir esa representación de nuestra función notarial en la sociedad y en el ámbito académico, necesariamente se debe cambiar el rumbo de la enseñanza del derecho notarial hacia una concepción más humanista, más íntegra y más real.

25 comentarios:

Sergio Alfaro dijo...

Durante muchos años se tenía la función Notarial como un valor agregado al título de Licenciado en Derecho y del cual podíamos obtener otros ingresos.
El problema surge al no habersele dado la importancia a la responsabilidad que conlleva el ejercicio de este cargo, que ha sido otorgado por el Estado al Notario Público.

Aún hoy los que recién hemos obtenido el título de licenciados en Derecho, hemos visto la Especialización en Notariado, como la imposición de una carga (molestia) o requisito que nos limita el ejercicio de la función notarial.

No es sino hasta el momento que hemos iniciado la especialidad en esta área, que se empiezan a conocer los alcances y responsabilidades que recaen sobre el profesional que ejecuta la función notarial. Donde el Notario no solamente realiza una simple función pública, sino que sus afirmaciones tienen efectos de gran trascendencia para los usuarios de dicha función, y hasta los terceros interesados en las mismas.

Es importante no perder de vista que el Notario normalmente tendrá en sus manos los bienes de un usuario, el cual confía plenamente en que lo que el profesional le asesora, es lo mejor para él. Estos bienes no en pocos casos, son el esfuerzo de toda una vida de trabajo, por lo que hacen al Notario depositario de uno de sus mayores tesoros, su capital.

Es urgente que los profesionales en Notariado, no sólo conozcan plenamente la responsabilidad que conlleva la función notarial, sino que se debe luchar por dignificar y ejecutar de la mejor manera ésta función que el Estado Costarricense ha depositado en sus manos.

Lic Sergio Alfaro Benavides

Adolfo Ramos G dijo...

Algunos comentarios personales respecto al artículo:
No considero que exista una relación directa entre la enorme cantidad de procesos disciplinarios contra notarios y la deficiencia en la enseñanza del derecho notarial y registral, aunque a nadie le va a sobrar un poco más de conocimiento. Pienso que la enorme cantidad de procesos disciplinarios obedece única y exclusivamente a disposiciones en gran parte irracionales y excesivas de la Dirección Nacional de Notariado. Pienso que si se hace un análisis de dichos procesos disciplinarios, la gran mayoría obedecen a pequeños errores que no afectan a nadie, o a actuaciones dolosas del notario, que no tienen relación alguna con el desconocimiento de la materia. La DNN se ha convertido en una verdadera inquisición contra los notarios, sin tomar en cuenta que aunque el notario es un depositario de la fe pública, su fin primordial es que todas sus actuaciones vayan encaminadas a recibir, interpretar y dar forma legal a la voluntad de sus usuarios. ¿Cómo es posible que aunque se logre hacer efectiva la voluntad de las partes respetando la normativa vigente, se le castigue al notario por no cumplir con una mínima disposición de las tantas que cada vez está ingeniando la DNN?.
Es increíble que aunque se elabora y se pública una ley que pretende proteger al ciudadano de gastos, papeleo, y tiempo adicional en la tramitación de distintos procedimientos, al notario se le exige averiguar hasta el mínimo detalle de sus usuarios y de los bienes de estos, para poder asesorarlos bien. Un notario no está dedicado única y exclusivamente a la atención de un solo usuario por día, como para poder estar investigando todas las situaciones extrajurídicas y que no constan en los Registros. El notario debería tener únicamente la obligación de verificar y traducirle a un lenguaje entendible a los usuarios, lo que es obtenible por la publicidad de los Registros. No se le puede exigir al notario como así lo ha pretendido hacer ver la DNN entre sus labores de asesoría, que conozca las cuestiones propias de un inmueble que se está negociando, tales como la existencia de limitaciones urbanas, vicios ocultos, etc, que no están plasmadas en el Registro. Los usuarios son personas racionales, se les exige capacidad cognoscitiva y volitiva para obligarse o contraer derechos, por lo que muchas de las conductas que a ellos le competen, se le están exigiendo al notario.
La función del notario no debe ir más allá que plasmar legalmente la voluntad de las partes, no es un investigador. Además, cómo es posible que se le exija tanto y se le controle tanto (control de certificaciones, control de papel de seguridad, archivo de referencias, etc.) como si fuera un delincuente, cuando más bien se le debería dar armas para prevenir la actuación de los delincuentes que andan en la calle y que ingenian nuevas formas para realizar los fraudes. ¿Por qué no se implementa por ejemplo un Registro Nacional con una información accesible cien por ciento, que permita al notario poder ver los planos catastrados de los inmuebles, los microfilm de documentos anotados o inscritos, y toda la información de la Sección Mercantil tales como las personerías, poderes, albaceazgos, insanos, etc.? O, ¿por qué no se implementa un Registro Civil que permita corroborar la fotografía de la cédula que se le presenta al notario con la fotografía almacenada en el Registro Civil?. Mientras que el Registro Nacional desarrolla un programa de reorganización del Registro y del Catastro que facilite una mayor seguridad inmobiliaria que mejore la inversión extranjera, entre otras cosas; al notario no se le está dando armas, medios, instrumentos, que lo protejan de posibles delincuentes que no solo afectarán al verdadero titular del bien, sino que arrastrará consigo al notario, porque su actuación simplemente quedará circunscrita dentro de una de las tantas infracciones establecidas por la DNN.
Aunque existen actualmente unos dieciséis mil notarios que solamente llevaron unos pocos cursos de derecho notarial y registral para obtener el título de notarios, lo cierto es que la práctica hace al maestro, y que todas las disposiciones normativas aplicables a los notarios están a su alcance y nadie puede alegar ignorancia de la ley, además de que se imparten normalmente muchas capacitaciones por diferentes instituciones y que como abogados, con una formación de un mínimo de cinco años como es el caso de la Universidad de Costa Rica, deben contar con los conocimientos suficientes para ejercer el notariado. Reitero, muchos de ellos están sujetos a un proceso disciplinario porque actúan dolosamente, o porque los controles notariales son excesivos y la DNN posee muchos aliados en la fiscalización de los mismos (Bancos, Archivo Nacional, Registro Nacional, etc.), o en algunos casos porque simplemente deciden arriesgarse ya que no se le va a causar un perjuicio a los usuarios, sino que al contrario, va ir en beneficio de los mismos. No considero que tantos procesos disciplinarios sean producto de una falta de enseñanza de la material notarial y registral.
La realidad notarial difiere de lo que se enseña de los cursos de derecho notarial y registral, simplemente, porque en este país la normativa siempre ha estado desfasada y porque la teoría es muy fácil de establecer y solamente el notario sabe lo que realmente se encuentra en la práctica. La DNN no toma en cuenta que la mayoría de profesionales que son abogados y notarios, comen de los ingresos que le genera esta última profesión y que no pueden exigir tantos requisitos ilógicos a los usuarios u obtenerlos el mismo notario porque sino no va a tener ningún usuario. La realidad económica es dinámica, y no podemos ponernos a buscar certificaciones, o hacer estudios que tarden dos días o quince días, o ir a ver el bien que se está negociando, porque a los usuarios les urge que lo más pronto posible se le de legalidad a sus actuaciones. La vida actual es acelerada, nadie quiere perder tiempo, menos en sus negocios, y aunque sea la función notarial una potestad delegada por el Estado, este no le va a pagar un salario al notario para que sobreviva y se abstenga de ejercer todo acto en el que no se le de la posibilidad de contar con un mínimo tres días para hacer los estudios y averiguaciones pertinentes.
Todas las trabas que imponen los lineamientos y la demás normativa notarial, si se aplicaran íntegramente vendrían incluso en detrimento de la economía nacional. ¿Para qué un sistema registral y notarial como el latino en ese caso?(se supone que el Registro da una seguridad jurídica de los derechos y del tráfico), mejor optamos entonces por un sistema anglosajón en donde las firmas de abogados se encarguen de verificar la validez del título y en casos de evicción la aseguradora indemnice al usuario. La DNN no le da al notario toda la protección y facultades para que ejerza sanamente la función notarial, haciendo que las distintas instituciones como las estatales se pongan a su servicio, al contrario se le trata como a cualquier otra persona, pero se le exige más, creo que el único derecho que se le da al notario es el de “Tiene derecho a permanecer en silencio…”
Respecto a las sanciones disciplinarias contra los notarios, me parece gratificante escuchar la posición de la Msc. Xinia González, juez notarial, que indica que solamente quien ha ejercido el notariado puede saber lo que se vive en la práctica, y que debe flexibilizarse dichas sanciones en el sentido que incluso se pueda exonerar al notario de la misma, máxime en el caso que obedecen a simples errores que no perjudican a nadie.
Con relación a la especialidad en derecho notarial y registral como requisito para ser notario, pienso que es una decisión acertada del legislador, no porque los antiguos notarios no tuviesen la formación suficiente para ejercer la función notarial, sino porque es un tanto ilógico que se obtuviera dos títulos con un mismo plan de estudios, además, porque la especialidad facilita el aprendizaje del futuro notario a través de la investigación y el estudio de diferentes fuentes. En el caso particular, tengo aproximadamente seis años de laborar en un bufete en el que además de desempeñarme como abogado, me ha correspondido ejercer la labor de asistente notarial y tramitador registral, por lo que me siento con los fundamentos prácticos suficientes para ejercer la función notarial, no obstante la especialidad me ha permitido evacuar varias dudas, aprender mucho, y refrescar y ampliar conocimientos de la materia notarial. Aún así, considero que en ciertos temas debería ser más práctica, los aspectos históricos no tienen importancia práctica; por otra parte, pienso que todos los profesores de la misma deberían ser notarios con una formación principalmente práctica y no principalmente académica, lo digo porque durante estos seis años he tenido la oportunidad de aprender de muchos profesionales que los respalda principalmente el hecho de realizar funciones notariales o registrales por muchos años.
Con relación a la Sala Constitucional y la materia notarial, me parece que la misma Sala se ha encargado de pisotear toda la material notarial, ya que es la única facultada por nuestro ordenamiento jurídico para hacer y deshacer. Por ejemplo, aún no concibo cómo la Sala está en la facultad de crear figuras especiales como el notario institucional o de planta que no tienen ningún asidero legal.
Como conclusión, pienso que los notarios deberían unirse y conformar una organización que vele por sus derechos y que los proteja de tantas y rigurosas medidas de las que son objeto, lo que podría incluso ser un tema por estudiar en la especialidad. Y sinceramente, conociendo toda la normativa que regula el notariado, lo menos que da ganas es de ser notario, porque hasta económicamente ya no es rentable. Mi único incentivo son los retos que algunas veces esta materia le genera al notario, y que para mí es una gran satisfacción buscarles solución.
***Fuera de contexto, no me parece que el Registro Nacional haya contratado o esté contratando registradores que no son notarios, deberían al menos contar con la especialidad.***

Lic. Adolfo Ramos González

Unknown dijo...

El ser Notario acarrea muchas responsabilidades seg�n lo estamos estudiando en la Especialidad, y si es cierto en la U lo �nico que nos ense�aron fue a confeccionar escrituras que por supuesto no confeccionamos simplemente �bamos donde algunos Notarios para que nos facilitaran un machote y listo ya ten�amos la tarea hecha.
Pero ahora empieza una traves�a que en mi caso es toda la teor�a de lo que he visto como practica en el trabajo; es el porque se tienen que hacer las cosas, si supieran cuando comenc� a trabajar yo dec�a para que guardan tanto papel fotocopias de c�dulas, de tarjetas de circulaci�n, de estudios registrales; para que un control de de las hojas de seguridad si antes solamente se lanzaban al basurero y as� muchos peque�os detalles; ahora comprendo que hay una fiscalizaci�n y que bueno que tenemos que llevar la Especialidad y porque no la Maestr�a porque en vez de caer en desanimo m�s bien nos debe impulsar a querer seguir conociendo.
Me atrae todo lo interesante que puedo aprender considerando que se puede marcar una diferencia con respecto a los dem�s Notarios ya que llevamos ventaja educativa.
Agradecerle al Lic. Oscar Z�iga porque en m� caso particular nunca hab�a interactuado de esta manera por la red, es otra nueva experiencia enriquecedora para aprovechar la tecnolog�a y no hacer las clases aburridas, por favor h�blelo con la Licda. XInia Gonz�lez.
Licda. Alejandra C�spedes

Unknown dijo...

Yo considero que cuando se egresa de la licenciatura en Derecho no se tienen todos los conocimientos pràcticos necesarios para enfrentarse al mercado laboral que el notariado requiere.Si bien es cierto se nos proveè de los conocimientos teòricos en el ùltimo año de la carrera, se siente un vacio en la pràctica,o cartulaciòn.
Esta apreciaciòn puede ser una de las causas de la gran cantidad de denuncias a notarios por realizar mal su trabajo o con deshonestidad.
El hecho de haberse cambiado el ser, con una licenciatura abogado y notario y ahora salir de la Universidad con la misma cantidad de años de estudio pero solo Licenciados sin la posibilidad del ejercicio notariado, por un lado, esta bien porque se viò la necesidad de mejorar la calidad de la educaciòn fortaleciendo ese campo especìfico,del Derecho Notarial y Registral, dada la cantidad de denuncias por estafas con propiedades , donde el notario participaba con la elaboraciòn de las escrituras, incluso de gente que ya habìa muerto,y otras situaciones màs que se fueron dando travès del tiempo, llevaron a las autoridades en Educaciòn a tomar la decisiòn antes mencionada.Pero por otro lado, a nosotros que estudiamos lo mismo ahora se nos graba con un año màs de estudios y dos años de prohibiciòn para poder ejercer el Notarioado, siendo esta en la pràctica privada de la profesiòn una de las ramas del Derecho que màs trabajo da.
Tambièn se puede decir que la DNN SE HA EXEDIDO al imponer al notario que cuenta con Fe Pùblica
una gran cantidad de sanciones, por algunas de sus actuaciones que no revisten la gravedad con las que son tratadas por esta entidad.
Tambièn es una exageraciòn calificar la sanciòn que se le aplica al notario cuando por ignorancia se le considera un funcionario pùblico.Es muy noble el trabajo que se realiza por este profesional en derecho,y la prensa se ha encargado en gran medida de publicar sobre todo lo malo que se hace en el ejercio de su funciòn notarial.La mala fama esta creada, y es parte del trabajo que nos corresponde como nuevos profesionales en derecho con una Especialidad en Derecho Notarial y Registral de devolverle al ejercicio de esta noble profesiòn la credibilidad y confianza que ella encierra.

Rafael Luis Ureña dijo...

Me resulta difícil realizar un comentario acerca de la función notarial, dado que a pesar de estar incorporado en el colegio de abogados no ejerzo como tal y menos realizar funciones notariales. Pero al margen de ello considero la función notarial como una labor que debe realizarse con la mayor responsabilidad y esmero, a fin de que cada actuación cumpla los efectos que busca y por ende que las partes se sientan satisfechas y seguras de haber sido asistidas en sus necesidades negóciales por un profesional honesto y capaz, signo de confianza y garantía.
Es por lo antes mencionado que el deber de especializarse en Derecho Notarial y Registral no debe verse como una carga o dificultad más para quienes inician en el ejercicio de tan digna labor, sino por el contrario debemos verla como una brillante oportunidad que no debemos desaprovechar, pues si bien han existido errores del ejercicio de la función notarial, la especialización nos permite capacitarnos y llegado el momento de cumplir la función de fedatarios poder realizarla con toda la capacidad y responsabilidad que tan noble misión exigen.

Miriam Rodriguez dijo...

Comentario…
Miriam Rodríguez Hernández:
Para mi, la especialización en derecho Notarial y Registral, mas que un lujo para los Licenciados en Derecho, es una necesidad urgente, que casi debería convertirse en una exigencia, para todas aquellas personas que deseen trabajar en el campo del Notariado, ya que los conocimientos que se adquieren en los cursos ordinarios en las diferentes universidades, son apenas un barniz de lo que es el Notariado, ya que se sale con un título que lo acredita como un profesional en Derecho, pero que en realidad no nos prepara como para poder ejercer a cabalidad y en forma responsable la profesión estudiada. Todo esto lo digo, porque en lo personal, y a pesar de que siempre trate de estudiar e informarme al máximo en las diferentes materias, sigo pensando que nos hace mucha falta mucha más preparación, más capacitación, más práctica.
Es por todas las razones expuestas que considero y con todo respeto lo digo a titulo personal, que para poder ejercer con responsabilidad, es necesario hacer la especialidad en Notariado y Registral, porque ha pesar de todo lo que comenta el Lic. Oscar Zúñiga, y los planteamientos tan acertados que hace, creo que con todas las deficiencias que señala puedan tener los cursos de la especialidad, son un refuerzo importante, para los escasos conocimientos que adquirimos en los cursos de la Universidad, con respecto al Notariado.
Un ejemplo claro es el que se nos hablo poco de la responsabilidad que conlleva el ser Notario y los alcances que esta pueda tener con respecto a su persona y a los usuarios de su función, que depositan toda su confianza en el profesional que les lleva el caso, y que no solo significa eso, sino que además es un asesor, un confidente, una persona en la que se deposita toda la confianza.
Es por todas las razones citadas que el Notario, debe estar preparado a cabalidad, para responder en forma correcta en el desempeño de sus labores y la única forma de lograrlo es preparándonos cada vez mas, claro esta y recibiendo cursos de postgrado en donde se refleje la capacidad del que lo imparte, las ganas de enseñar, y la pedagogía necesaria para lograrlo

Unknown dijo...

Félix Melesio Ureña dijo:
La crisis en la enseñanza del Derecho notarial, es algo que realmente se está dando. Las razones son múltiples. Hemos estudiado algunas en los cursos recibidos. No es de extrañar de que existan seis mil casos en el Juzgado Notarial si se sabe que muchos notarios o notarias son descuidados en su trabajos. Es cierto que otro tanto de estudiantes no le den el verdadero valor a la materia. Opino además que diez años es poco para emancipar una materia que constituía un apéndice de la Carrera de Derecho. No se puede tapar el sol con un dedo, existen profesionales corruptos en dicho campo pero esos son pocos la inmensa mayoría es gente noble y buena que desea hacer las cosas de la mejor manera. Creo que la Dirección Nacional de Notariado debe aportar mucho esfuerzo en capacitar de la mejor forma al cuerpo de notarios del país y una vez que ello ocurra, castigar fuerte a los que les gusta infringir la ley. No se puede perder de vista que existe una gran diferencia entre la teoría y la práctica y a veces se castiga al notario o notaria por errores pequeñitos que se pueden solventar con un castigo menos gravoso. Sobre la maestría en notarial es una necesidad, y aunque algunos salimos perjudicados porque no pudimos graduarnos en un periódo de tiempo que nos dieron hoy lo veo como una oportudidad de conocer más sobre la materia. Definitivamente las Universidades Públicas deben profundizar en la enseñanza-aprendizaje de la materia para que cada vez la carrera de Notariado sea realmente importante para los usuarios y puedan confiar en la seguridad que brinda el inscribir los bienes muebles e inmuebles. Para nadie es un secreto que en la actualidad se han presentado problemas con fincas inscritas y eso es algo que le resta fuerza a nuestro sistema registral que tanta importanica ha tenido durante años para los dueños de bienes,por la confianza que los costarricenses hemos depositado en dicho Registro.

Dixie Murillo dijo...

Estoy de acuerdo con el texto publicado por el Lic. Oscar porque en la Universidad los cursos de Derecho Notarial se imparten de manera teórica y machotera, con lo cual el estudiante se especializa en realizar "corte y pegue" en los borradores de documentos protocolares y extraprotocolares que debe elaborar para cumplir con las tareas asignadas y la verdadera práctica se omite y salimos de la Universidad ha aprender en calle el ejercicio de la función notarial, muchas veces y por desgracia, debido a los errores cometidos por ignorancia.

Luis Acuña dijo...

COMENTARIO:
Debo confesar que mi conocimiento sobre la enseñanza del derecho es deficitario toda vez que dejé las aulas universitarias desde hace más de 20 años y durante todos estos años mi contacto con la enseñanza del derecho en general ha sido escaso. Aclaradas mis limitaciones y a riesgo de realizar comentarios laxos, considero que la problemática planteada por el Profesor no es ajena a toda la educación superior en general. Más bien considero que el problema es necesario abordarlo desde la perspectiva general de la educación superior como un todo. Si partimos incluso de la hipótesis que existe crisis en toda la educación en general, primaria, secundaria y universitaria, la situación planteada no debería de extrañarnos, sino que por el contrario estaría confirmándose la regla acerca de lo desperfecta que es la educación en nuestro país y en general en los países subdesarrollados. Seamos realistas, siendo la especialidad en Notariado UNA OBLIGACION IMPUESTA por una ley - Código Notarial - la mayoría de los abogados la hacen con el único objetivo de cumplir con esa obligación legal y muchas universidades también la brindan como una “obligación” debido a la demanda. No creo que en general los estudios de postgrado se hayan creado con ese fin, pues en teoría los estudios de postgrado tienen como función la investigación y la innovación y obviamente en el caso del Notariado esos objetivos están muy lejos de perseguirse. Desde mi óptica a partir del momento que se impuso como “obligación”, las universidades “corrieron”, para ofrecer su nuevo producto y el asunto se volvió una mercancía más y muchas universidades ofrecen la “especialidad” tratando de atraer al estudiante ofreciéndole rapidez y sencillez, nunca calidad. En general a cualquier carrera o especialidad universitaria se deben de aplicar los lineamientos generales, en cualquiera de sus niveles, de manera que sea posible realizar evaluación continua de su impacto, de su eficiencia y efectividad en términos de cobertura, sustentabilidad, calidad y pertinencia del proceso de formación de recursos humanos y de generación de conocimientos apropiados al entorno. Lo anterior debería de ser un tema de obligatorio cumplimiento a fin de que la especialidad ofrecida cumpla con los requerimientos mínimos establecidos para la formación de un profesional de alto nivel. Sin embargo, mientras no exista ese organismo que certifique y que de garantía de la calidad de la educación superior sencillamente seguiremos en el oscurantismo. Por esa razón muchos abogados que no son notarios buscan realizar la especialidad persiguiendo el menor esfuerzo. Como dice un amigo “superación sin sacrificio”. Mientras no exista un ente que certifique la calidad de la enseñanza, mientras se permita que la especialidad la brinde cuanta universidad exista sin que hayan controles de calidad, sencillamente el problema continuará o incluso se agravará. En realidad la obligación de una especialidad fue un intento de establecer un “colador” y así evitar la masificación de notarios. Basta ver los programas de la especialidad en Derecho Notarial en las distintas universidades y encontraremos que ninguno de ellos son similares. La universidad X ofrece determinados cursos y esta otra universidad ofrece estos cursos, que ni siquiera se parecen y ni que decir de los profesores, quienes no solamente carecen de los atestados académicos básicos sino que además nunca han cursado estudios en pedagogía. Obviamente existen excepciones, espero y tengo la convicción de que la Universidad de Costa Rica sea una de ellas. A mi juicio la “crisis” que nos presenta el Profesor efectivamente es una realidad, pero yo agregaría que el término se queda corto pues da la impresión de que han existido momentos donde la enseñanza del derecho y el derecho notarial en especial, ha cumplido con los parámetros que menciona el artículo en comentario, lo cual a mi juicio no es correcto. En otras palabras desde el momento que se obligó a los abogados a cursar la especialidad como requisito para ser notario, su enseñanza siempre ha estado en crisis o sea que se trata de una crisis desde su génesis, por la sencilla razón de que el postgrado fue creado para cumplir con una ley y no como una necesidad de una o nuestra realidad. El artículo inicia mencionando que existen más de 6.000 casos contra notarios en el Juzgado Notarial, de modo que deberíamos de preguntarnos si la cantidad de notarios sometidos a un proceso disciplinario obedece a las debilidades en la enseñanza del derecho notarial o a otros factores. Es evidente que la enseñanza del derecho notarial estuvo marcada por la tendencia a suministrar “machotes” y modelos y los exámenes estaban diseñados para que el estudiante escribiera de memoria uno de esos machotes y punto. A pesar de lo anterior de esos 6.000 casos existen muchos notarios denunciados y juzgados que ya contaban con la especialidad y que se supone que tienen un conocimiento mayor a los notarios que fuimos enseñados bajo el método de los machotes. En mi opinión la forma de enseñar el derecho notarial es tan solo un factor más que contribuye a la cantidad de expedientes en el juzgado notarial. Efectivamente la enseñanza tradicional debería de quedar en el pasado y migrar hacia la formación integral del notariado, pero en mi criterio tal formación debería de iniciarse desde el momento que el estudiante inicia la carrera de derecho. En todo caso me pareció interesante este forma de interactuar y he de confesar al igual que lo hace una compañera que es la primera vez que lo hago.

Luis C. Acuña

miriam dijo...

II comentario de Miriam Rodríguez H.

Después de haber leído, los comentarios de los compañeros del curso de Notariado, acerca de lo expuesto, por nuestro distinguido profesor en forma tan atinada, me he podido dar cuenta que la mayoría coincidimos en algunos aspectos generales como son los siguientes:

1-Que al finalizar los cursos que nos acreditan como licenciados en derecho, no nos sentimos debidamente preparados.

2-Que salimos con un titulo de licenciados bajo el brazo, que no nos hace aptos para enfrentar el trabajo que se nos va presentar en la calle.

3-Que debido a la incapacidad que sentimos para desempeñar el trabajo en forma práctica, nos es necesaria urgentemente la especialización en Notariado y Registral.

4-Que ha pesar de las deficiencias que usted distinguido profesor acota en estos cursos, nos capacitan un poco más haciéndonos mas aptos para enfrentarnos a la práctica del Notariado.

5-Que es muy cierto lo que usted señala, como problemas en el estudio del derecho, desde programas con grandes deficiencias, profesores ineptos (por dicha pocos), falta de preparación pedagógica en otros, mucha teoría y poca practica, etc.

6-Que los castigos impuestos a los Notarios en algunas oportunidades son excesivos, pues creo que un Notario conciente de sus deberes jamás procedería dolosamente, pero que si lo hacen por descuido o error involuntario.

SANDRA PEREZ LOPEZ dijo...

Comentario
Sandra Pérez López
Comparto el punto que expone el M.Sc Oscar Zúñiga en cuanto a la escasa formación que se da durante la formación como licenciados en Derecho en las materias específicas de Derecho Notarial y Derecho Registral. Recuerdo a uno de los profesores dictando un poco de Historia y citando algunos de los principios que tutelan la actividad notarial, a su vez recuerdo alguna que otra práctica en la confección de escrituras públicas de uso más común como traspasos de bienes inmuebles o parte de éstos como las segregaciones y venta de lote, y sin faltar un traspaso de vehículos que en el comercio de cada día es imprescindible tal cartulación. También viene a mi mente, la poca amplitud en cuanto temas como la asesoría, la imparcialidad y como cobrar por nuestro trabajo.
Pienso que la falta de conocimientos en la materia – Notarial y Registral- así como la gran oferta de abogados con recargo de la profesión de notarios, a llevado a algunos notarios a no valorar su profesión, a menoscabarla, a cobrar montos mínimos a fin de obtener clientes que les dan un simple servicio por unos cuantos pesos, digo clientes, porque no se tratan como usuarios, con imparcialidad. El Notario debe recordar que es un fedatario público, que debe ser imparcial con aquellas personas que se apersonan a su oficina a buscar sus servicios, respetando el principio de rogación que rige esta materia.
Cuando decidí ingresar a la Carrera de Derecho, ya tenía conocimiento de la nueva disposición de obtener una especialidad en Derecho Notarial y Registral para ejercer como Notario. Inicialmente lo vi como un atraso más, como un requisito adicional, sin embargo, en esos tiempos laboraba en un Bufete, donde colaboraba en la redacción de gran cantidad de escrituras, las que luego eran modificadas y concluidas por mi jefe, el Notario; en muchas ocasiones no tenía ni la noción de cual era el fin del contrato, pero era fácil encontrar en algún manual de cartulación o llamar algún notario vecino que me facilitará una guía o machote para la confección de diferentes instrumentos. A raíz de diferentes situaciones o problemas acontecidos, aunque mínimos y que muchas veces con una simple razón notarial o escritura adicional se corregían, comprendí la importancia de poseer en gran escala conocimientos y práctica en la materia notarial y registral, así como conocer las diferentes directrices y lineamientos que vinculan a estos profesionales en el diario vivir y la labor profesional.
Inicie en la especialidad de Derecho Notarial y Registral de la Universidad de Costa Rica, especialmente por ser impartida por tal honorable institución, esperando encontrar respuesta a muchos vacíos que en la Licenciatura en Derecho no satisfizo, donde pueda formarme correctamente y aprender por ejemplo la interpretación de directrices y lineamientos, para no ser una simple Notario del montón que con unos cuantos “ machotes” laboro sin problema. Espero de ésta nueva etapa educativa, mucha práctica y formación actualizada, que nos ayuden a enfrentarnos con variedad de situaciones reales que vive el Notario, para evitar ser uno más que por ignorancia o desconocimiento transgredió algún mínimo requisito en el otorgamiento de instrumentos públicos y lleguemos a manos del Juzgado Notarial donde se nos querrá implantar una grave sanción, y que si el actuar del notario(a) no fue doloso pueda demostrarse, esperando contar también con un debido proceso en busca de la verdad real.
En conclusión, considero que los conocimientos adquiridos en Derecho Notarial y Registral durante la Licenciatura son útiles, por ser aprendizaje, pero no suficientes, por no decir mínimos, fueron simples pinceladas en tan grande arte que encierra el Derecho Notarial y Registral.

LUIS ALEJANDRO dijo...

Considero que del artículo en análisis se desprenden varios puntos importantes a destacar, el primero de ellos es el relacionado con la determinación de la calidad de la enseñanza del derecho Notarial en la actualidad.
Opino que lleva razón el profesor Oscar Zúñiga, al señalar que la enseñanza del derecho notarial, no se ha desarrollado de la mejor manera en las aulas universitarias, y si se quiere al día de hoy ha sido deficitaria, lo cual ha podido repercutir de cierta forma, en la gran cantidad de casos que se siguen contra los Notarios, los cuales en muchos caso (claro está, no en todos), pecan de ignorantes. En este punto cabe preguntarnos: ¿cuáles son las razones que influyen en que la enseñanza del derecho notarial no sea la necesaria para formar profesionales capaces de brindar asesoría y soluciones a las partes, tanto para evitarles problemas a estas, como a sí mismos?
Considero en primer lugar, que esto se debe a que los estudiantes de derecho y consecuentemente los profesionales en esta materia, siempre han visto al derecho notarial como un bono inherente a la abogacía, cuyo objetivo principal NO es el brindar un servicio al público en general, sino el permitir al notario ganar de manera “fácil” algún dinero (que generalmente es mucho) para “mantener la oficina”, lo cual ha repercutido en un desinterés (del cual he sido testigo) de la materia notarial, por parte de los estudiantes de derecho en general.
En segundo lugar pienso, que el papel de las autoridades competentes para regular la práctica profesional de los notarios(hoy día la DNN), no ha sido el adecuado, esto pues ha inclinado su acción más al castigo que a la prevención; esto lo digo pues las autoridades no toman un papel activo en labores tales como la educación de los notarios, y más bien dejan a la libre este aspecto tan importante, cosa que podemos apreciar en el punto que destaca nuestro compañero Luis C. Acuña, en relación a la gran cantidad de “universidades” que en la actualidad brindan la especialidad en Derecho Notarial, sin que existan parámetros ni controles, establecidos por DNN que aseguren la existencia de niveles satisfactorios de calidad de la educación brindada por esas instituciones en relación al Derecho Notarial.
Por último, debemos señalar como otro factor influyente, en la baja calidad de la enseñanza del Derecho Notarial, la constante reducción del aparato público, lo cual ha influido en el caso de las universidades públicas, (y en muchas privadas que tiene como parámetro de comparación a estas) en la reducción de los programas de estudio, lo cual sumado a la imposibilidad de realizar una práctica profesional satisfactoria producto de la falta de presupuesto, se convierte en una seria limitante para que los profesores lleven a cabo su tarea, de una manera adecuada.
En otro orden de ideas y en relación con la necesidad que impone el código Notarial de cursar una especialidad o posgrado, para ejercer la actividad notarial, pienso que ante la misma, tanto las autoridades, los profesores, las universidades y nosotros los estudiantes de Derecho Notarial, tenemos la posibilidad de optar por dos caminos a seguir. El primero de ellos, enmarcado por la mediocridad que tanto daño hace a nuestro país, que consiste en simplemente seguir viendo al Derecho Notarial como ese “bono” de la abogacía y ver a la especialidad como un requisito más para obtenerlo; o tomar esta necesidad de especializarnos en Derecho Notarial NO como una obligación, sino como una OPORTUNIDAD que nos permita, en el caso de los estudiantes, crecer tanto a nivel profesional como personal, y ser como notarios un poco mejor, que nuestros sucesores; y en el caso de las autoridades, universidades y otras entidades involucradas, convertirse en herramientas para llevar a cabo un cambio necesario y tendiente a mejorar la practica notarial en general, en procura de que el efecto de la misma en la sociedad sea totalmente benigno, trasparente y armonioso, y no sucio y problemático, como en algunos casos ocurre en la actualidad.
Licenciado en potencia, Luis Alejandro Rojas Lizano.

Anónimo dijo...

Independientemente de que se mire al Derecho Notarial y Registral como una alternativa fascinante para ganarse la vida o como una carta necesaria para tener a mano en caso de que las circunstancias lo requieran, lo cierto es que, a criterio personal, considero que la especialidad no debe verse como un obstáculo, sino más bien como una posibilidad de superación en cuanto a conocimiento, para lograr ir más allá que nuestros antecesores en el ejercicio de la función notarial, y que debe ser aprovechada al máximo, y que para lograrlo hay que tener claro que todo depende de nuestra perspectiva “puede verse el vaso medio vacío o medio lleno”.
No se puede tapar el sol con un dedo, es cierto que la realidad en cuanto a la práctica del notariado en nuestro país y la teoría se encuentran desfasados y parecieran ser dos líneas totalmente paralelas y no un solo cuerpo como utópicamente deberían serlo, sin embargo, ante tal problemática, lo único que queda por hacer es tratar de dar con un punto en común lo cual implica que deben realizarse cambios, de ahí, que aparezca la necesidad de la especialización para los futuros profesionales, pero no hay que ser ingenuos en mí opinión, la especialidad tampoco viene a ser la panacea a todos los males que atacan al notariado en Costa Rica, más sí un aliciente para promover el cambio de mentalidad en los futuros profesionales y en la toma de conciencia en el ejercicio.
Realmente son muchos los procesos disciplinarios a los que se encuentran expuestos un sinnúmero de notarios día a día, considero que la mayoría de las veces es por desconocimiento a la hora de realizar sus actos, más que por dolo, sobre todo porque considero en mi experiencia personal que ni siquiera el haber estado cinco años en la Universidad me ha preparado completamente para enfrentarme a la realidad, tenemos las bases pero no resultan ser lo suficiente, salimos con un título bajo el brazo pero desconociendo gran parte de la información y con gran incertidumbre de ¿qué hacer? y recurrimos a colegas y muchas veces a sus machotes, lo cual bien o mal nos puede llevar a incurrir en faltas para nosotros mismos desconocidas, aunque por otro lado, también es cierto que actualmente nos encontramos con una cantidad exorbitante de prohibiciones y regulaciones que no sabría decir que tan beneficiosas o acertadas resultan en una realidad práctica del notariado o si por el contrario solo entorpecen su ejercicio.
Sin embargo, que existen muchas directrices y “pequeñeces” que se le piden al notario en su actuar por parte de distintas instituciones es un hecho y una realidad, y, siendo que nadie puede alegar ignorancia de la ley sería de esperar que con menos razón un notario incurra en faltas de este tipo, en virtud de que es su ámbito de trabajo, el pan de cada día, y donde nadie mejor que él debe conocer el ambiente en el que se desempeña y el tiempo de manera utópica debería ir perfeccionando sus actuaciones, más no obstante, la realidad es otra, son muchos los notarios en la calle que cometen faltas en principio “insignificantes” que muchas veces no causan daños a las partes ni a terceros pero en opinión de esta servidora, el punto medular de las sanciones no es ese -aunque claro está es un aspecto a tomar en cuenta- la verdadera razón es que como profesional el Notario está en la obligación de brindar sus servicios y ejercer sus funciones con apego a la ley y como contralor por ende de legalidad mediante sus actos, un buen ejercicio de la función notarial requiere disciplina para todos en general, y requiere de igual manera de profesionalización y estudio, en cuanto mayor capacitación tengan los futuros notarios es de esperar que mejor sean sus actuaciones, y considero que eso es lo que se pretende fomentar con la presente especialidad y dejar de arrastrar las malas prácticas obtenidas a través del tiempo.
Y no tenemos más opción, es de recordar que la ignorancia es la raíz de todos los males de la humanidad por lo que hay que erradicarla en todos sus ámbitos, y todos los que queramos incorporarnos a la función notarial tendremos que pasar por la formación y asumir los riesgos de las actuaciones con todo y sus requisitos y controles, pretendiendo siempre hacer las cosas de la mejor manera y con el cuidado respectivo, porque considero que el Derecho Notarial puede resultar “machotero” sin embargo, son las minuciosidades las que ponen en problemas a más de uno, y es deber de nosotros tratar de no cometer esos errores, y ser mejores cada día y el postgrado en Derecho Notarial y Registral es una buena opción para comenzar.

Dayana dijo...

Debo indicar que comparto su opinión en cuanto a la problemática que se ha dado en la práctica notarial. Si bien es cierto, la exigencia de un postgrado el derecho notarial, representa una traba más para ingresar al mercado laboral, debe tomarse en cuenta que dicha especialización es necesaria por varios motivos. Primero, Se crea una mayor conciencia en el notario respecto de lo que representa la actividad notarial, del significado de la fe pública que le es depositada y las implicaciones que ello conlleva. Segundo, se le enseña al notario los cuidados requeridos para ejercer la función notarial y responsabilidad que debe asumir por la falta de esos cuidados. Tercero, con la especialización, no se pretende tratar imponer trabas al profesional en derecho, sino más bien lograr una mayor calidad del servicio que se le brinda a los usuarios y conseguir una mayor seguridad jurídica.
Por otra parte, el notario debe ser conciente de sus actos y de la función que ejerce, debe comprender que la actividad notarial no debe realizarse a base de "machotes", sino que requiere de un deber de cuidado mayor, pues todos los actos no son iguales. Un mismo machote no puede consignar la voluntad de todas las personas que acuden a la oficina de un notario.Debe recordarse que el notario tiene la función de adecuar de la forma la voluntad de las partes con respecto a la ley.
Desde hace varios años la función notarial se ha convertido no en servicio que se presta, sino en una forma rápida de hacer dinero, lo cual ha generado corrupción y malas praxis. Prueba de ello es la gran cantidad de denuncias y suspensiones existentes en la Dirección Nacional de Notariado. Asimismo, en mi trabajo dentro del Poder Judicial, tengo la posibilidad de identificar las malas prácticas notariales, como por ejemplo, certificaciones notariales mal hechas, escrituras y contratos confeccionados con un machote en los cuales, por descuido del notario, se dejan partes de otros machotes, escrituras que no contienen todas las calidades de las partes o con datos erróneos, como números de cédula y números de planos. Todo lo anterior significa que existen gran cantidad de profesionales que no realizan los estudios correspondientes antes de realizar las escrituras, lo cual significa el quebrando al principio de la fe pública y del deber de cotejo que tiene el notario.
A mi criterio, esto ocurre por una falta de conciencia en la actividad notarial, lo cual amerita un cambio, a fin de no poder en peligro la fe pública y la seguridad jurídica en los actos y contratos que se realizan en la vía notarial.

Ariana Belén dijo...

Cuando me encontraba en mi 5to año de derecho en la Universidad de Costa Rica hace un par de años, y debía llevar el curso de Derecho Notarial, en su momento pensé que era suficiente y que no iba a necesitar nada más que lo visto en clase. Sin embargo, conforme uno se enfrenta al mundo laboral (independientemente de laborar en el Poder Judicial o de ejercer la profesión de forma privada)se da cuenta que existe un vacío en lo que a conocimiento se refiere, por lo que se hace necesario profundizar en el aprendizaje de la materia notarial. Es por ello, que me siento afortunada de llevar esta especialidad, ya que va a ampliar mis conocimientos y (espero) me va a permitir ser una mejor profesional. Lo anterior, debido a que existen colegas que no lo ven como algo fundamental, pero en mi opinión (y con el debido respeto) creo que están equivocados, primero porque siempre es bueno aprender ya que fortalece nuestro intelecto; y segundo porque ello nos hace mejores personas y mejores profesionales.

YAMILETH dijo...

Respecto del artículo presentado para comentario referiré lo siguiente:


En primera instancia considero que ciertamente la enseñanza del derecho notarial en las universidades, por lo menos en lo que respecta a los programas de licenciatura se han quedado cortos, ello en virtud de que no enfrentan verdaderamente al estudiante con la práctica.
Creo que materias tan importantes como notarial deben de tener mayor espacio en el plan de estudios; debo decir que no tengo nada en contra de cursos como derecho romano o historia del derecho, sin embargo creo que estos se podrían replantear para dejar mayor espacio a cursos mas sustanciales como derecho de familia, obligaciones Y DESDE LUEGO LA MATERIA DE LA QUE ACTUALMENTE TRATAMOS QUE ES NOTARIAL Y REGISTRAL; esto daría mayor posibilidad al docente de enfrentar al estudiante con situaciones más reales y con ello evitar el problema del uso excesivo del machote
En mi caso particular, si bien considero que la profesora que me impartió lecciones en la licenciatura era una buena profesional y que sabia transmitir su conocimiento a los estudiantes, lo cierto es que creo que le faltó tiempo para poder desarrollar más ampliamente los contenidos, situación que esperaba yo se resolviera al menos para las generaciones venideras con la especialidad, sin embargo desdichadamente al parecer por lo menos en la UCR eso no va a acontecer ello en virtud de que el estudiante va terminar aprendiendo derecho notarial en la especialidad y no a pulir sus conocimientos como inicialmente se esperaba.
Ahora bien, en lo que respecta a la obligatoriedad de cursar una especialidad para ser notario, igualmente estoy de acuerdo con ello pues esto da mayor posibilidad al profesional de conocer realmente lo que hace, que conozca los deberes y principios que como legatario de la fe publica debe de poner en práctica.
Considero de suma importancia que el profesional en formación entienda e interiorice que ser notario es una función que amerita seriedad, formalidad no solo por el respeto que merecen las partes sino todos aquellos terceros que nos vemos obligados a confiar en la fe publica del notario.
Creo que es una lástima que una función que históricamente ha sido plagada de buen nombre y respeto popular hoy se vea desvirtuada por el mal quehacer de algunos que han visto en la función notarial una forma fácil y rápida de lucrar.
Pienso que si bien la práctica hace al maestro como lo manifestaba un compañero, lo cierto es que para ejercer una buena práctica hay que saber teoría primero, sin que ello implique que yo crea que el estudiante debe de ser un simple “ratoncito de biblioteca”, pero si considero que al menos antes de iniciar el ejercicio de la profesión el estudiante debe de haber tenido un amplio contacto no sólo con la historia, los principio y demás del derecho notaria, sino con un verdadero protocolo porque algunos terminamos la licenciatura sin haber visto alguno, así mismo con elementos como planos, certificaciones de registro civil, etc, saber al menos cuantos timbres lleva una certificación, etc.
No obstante lo anterior ya para el momento en que se ejerce la profesión considero de igual forma que si bien la fiscalización debe ser buena para evitar mayores excesos que los que hasta ahora se han dado, lo cierto es que al igual que lo ya manifestado por algunos compañeros creo que al notario no sólo se le debe exigir, sino que también deben de facilitársele instrumentos para que pueda ejercer de mejor forma su función, tal como un verdadero acceso a la información del Registro Civil el cual debería ser muy actualizado, etc, ello por cuanto a la fecha el notario esta muy limitado en el acceso ala información y por la agilidad que requiere un mundo como el que actualmente enfrentamos se hace necesario facilitar medios para el mejor ejercicio de una tan notable función como lo es el ejercicio del notariado.

YAMILETH MONESTEL VARGAS

MILA dijo...

Con mi poca experiencia con respecto al tema en discusión, me permito realizar el siguiente comentario, de acuerdo a mi propia visión.
Son varios los factores que inciden en la situación actual comentada, concuerdo con el profesor en el sentido de que la enseñanza del derecho y específicamente del derecho notarial y registral en nuestro país se encuentra mal planteada, pues desde mi punto de vista y como estudiante, considero que uno de los problemas podría ser que se tiende a caer en la monotonía, y en el tradicionalismo, es decir, que durante años se nos viene enseñando de igual forma a los estudiantes, la misma información, de la misma manera, y en este caso, viéndose el derecho notarial como una materia rígida, la cual no admite cambio alguno y llena de formulismos, comprendo y la lógica me dice que no existe mucha variación si son las mismas bases, pero se podría implementar nuevas técnicas de enseñanza, en las que los estudiantes interactúen con la realidad, en donde se admitan cambios sin tener que seguirse una única forma y estilo.
Del Derecho Notarial, se tiene una concepción errada de lo que es el mismo, se cree que es “machotero” y “con tener un modelo de cada actuación basta”. Lamentablemente se cree que no se necesita de preparación, siempre que se tengan“ los modelos” de las diferentes actuaciones que puede hacer un notario, sin tomarse en cuenta que cada caso es diferente, de ahí que en oficinas de notarios, existan personas encargadas del notariado, sin haber llevado alguna preparación previa, entonces llegan a cometer muchos errores, los cuales son achacados a los notarios. No critico que colaboren con el notario, sino que lo sustituyan casi por completo.
Considero que se debe enseñar conceptos generales, pues se necesita tener buenas bases, pero se debe de romper con los tabúes, con lo tradicional, comprendo que, por ejemplo toda escritura debe cumplir con una serie de requisitos o partes, pero ello no implica que sólo se use un modelo y se caiga en formalismos excesivos, que si se trata de cambiar una forma de redacción se considere mal, aunque cumpla con los requisitos exigidos por ley. Allí veo necesaria la participación de los profesores, que eduquen a los futuros notarios, para que no tengan miedo al cambio, creando sus propios estilos, sin tener que tomar modelos “foráneos” que en la mayoría de los casos conducen a yerros, y que se van traspasando de generación en generación, así mismo, sucede con ciertas conductas que no son las mejores a la hora de confeccionar un instrumento público.
Por otra parte, reitero que con mi poca experiencia en la materia, percibo la existencia de excesivos controles por parte de la Dirección Nacional de Notariado, que los he llegado a ver completamente absurdos en ciertos casos, de ahí que cuando se nos enseña dentro de las aulas, nos indican los que DEBERÍA SER, haciendo mención de lo que en realidad es. Entonces me pregunto, porqué si de ante mano se sabe como funciona la realidad no se disminuyen los excesivos controles y formalismos, creo que en muchos casos esto es lo que genera que muchos de notarios sean sancionados, a veces por cuestiones no resultan ser realmente trascendentales.
Por otra parte, existe otro factor, como lo es el hecho de estar en un mercado laboral tan saturado, conduce a pensar que es urgente obtener un título más, con el cual estar a la cabeza de los demás y quizás se deja de lado el verdadero sentido de estudiar, el cual es la correcta preparación, por eso se cometen muchos “errores”

Luis Acuña dijo...

Quería complementar mis comentarios en relación con lo que han expresado mis compañeros acerca de lo estricto del Código Notarial y Lineamientos. Básicamente coincido en el sentido de que muchas disposiciones son ilógicas, abusivas o incluso draconianas, pues desde mi punto de vista es más accesible un proceso penal que un proceso disciplinario contra un notario. POr eso les anuncio y les transcribo que ayer salió publicado un recurso de inconstitucionalidad contra el artículo 144 del Código Notarial el cual transcribo:

"Acción de Inconstitucionalidad No. 09-001795-0007-CO. Interpuesta por Edwin Duartes Delgado en su condición de apoderado judicial de Hilario Agüero Chaves para que se declare inconstitucional el artículo 144 inciso e) del Código Notarial en cuanto dispone: “Artículo 144. Suspensiones hasta por seis meses. Se impondrá a los notarios suspensión de uno a seis meses, según la gravedad de la falta, cuando:…e) Incumplan alguna disposición, legal o reglamentaria, que les imponga deberes y obligaciones sobre la forma en que deben ejercer la función notarial”. BJ#70 13-ABR-09."
En mi criterio la enseñanza del Derecho Notarial debería de orientarse a la preparación de un profesional de calidad y no a preparnos para cuando nos visite la Gestapo, perdón es una broma me refiero a los Fiscales de la Direción de NOtariado. Observen como gran parte de los cursos van dirigidos a explicarnos las obligaciones, los lineamientos, los procesos disciplinarios, en fin, al final de cuentas nos preparan para no ser objetos de un proceso, lo cual me parece un sinsentido, pues como dijo algún compañero, entre más uno conoce menos quiere ser notario.

Luis Acuña

Jeffry Castro dijo...

En mi parecer este artículo plantea, un fenómeno que nos afecta como profesionales del campo de Derecho, el cual en mi opinión radica en el desprestigio que sufre a diario el Derecho y en específico el Notario Publico.

Este desprestigio, es causado en gran parte debido a que tanto la enseñanza del Derecho así como su practica profesional se ha convertido en un negocio, esto respondiendo meramente a intereses económicos y no sociales o de realización profesional dentro de un proyecto de vida de cada individuo.

Esto por cuanto, las Universidades tienen como principal interés la producción de “profesionales”, como si se tratara de una producción en cadena de algún objeto de uso comercial, con el fin de sacar al mercado laboral un individuo en el menor tiempo posible, sin importar la formación real y efectiva de ese individuo dentro de un campo profesional que le permita realizarse como miembro de su sociedad.

Si bien es cierto, esta afirmación no se le puede aplicar a todas las casas de enseñanza superior, es evidente que en los ultimos años se ha dado la proliferación de Universidades y que en muchos casos se puede hablar de mini universidades cuyos infraestructuras pueden consistir inclusive en un único salón de clases, y que por lo general sus profesores carecen de aptitud alguna que le permitan ejercer esa función.

En mi experiencia como alumno y específicamente dentro de la materia notarial, me parece que se debe abandonar el modelo de enseñanza que se concentra más en aspectos teóricos doctrinarios, y centrarse en el correcto ejercicio de una actividad profesional que conlleva una función de orden y seguridad jurídica dentro de la sociedad.

Debe de emplearse un modelo de enseñanza del ejercicio notarial, más integral y con un énfasis especial en los valores fundamentales que rijan su funcionamiento con el fin de concientizar al futuro profesional de la importancia y del papel que juega un Notario como depositario de la fe pública.

Yeison Rodríguez dijo...

Yeison Rodríguez F.
Comentario.
En nuestro país el tema del Derecho Notarial y Registral, no cuenta con el apoyo que en realidad requiere, pero en los últimos años ha surgido un gran desarrollo en ésta rama, el cual ha sido de gran connotación, no solo por parte de los nuevos profesionales en la materia, sino también por los centros educativos, como ejemplo de ello es el que hoy en día se requiere para ser notario, el cursar los estudios ya sea en grado de especialidad o maestría para obtener el título de notario, lo cual es de suma importancia pues con ello, cada día surgen profesionales en la materia con mayores conocimientos, brindando a nivel social un mejor ejercicio de ésta tan importante función delegada por el Estado en los notarios públicos.

Pero considero que uno de los problemas que surge es relacionado a la gran cantidad de profesionales que hoy en día ejercen como notarios públicos, y que en sus periodos de estudios universitarios, solo recibían unos cuantos cursos de derecho notarial y registral, que les otorgaban vagos conocimientos en la materia; por lo que hoy en día se cometen muchas infracciones en el ejercicio de la función notarial, que no tiene carácter doloso, sino que los notarios, en el mayor de los casos, por desconocimiento en la materia, no toman las previsiones necesarias. Además, estimo que la función del notariado debe ser considerada como un cargo ejercido con total independencia de la abogacía, pues ambas materias se inspiran en base a principios muy diversos.

Por otro lado debemos tener presente que la función notarios ha sido considerada como “machotera”, en la cual si no se cuenta con el modelo a seguir se busca la ayuda de notario amigo que se lo facilite, y en la realidad son mucho los notarios que ejerce su función de ésta manera, dejando de lado aspectos de suma importancia como el de brindar una adecuada asesoría a los usuarios, el ámbito de imparcialidad en la que se deben de ejercer, y la de una adecuada interpretación de la voluntad de las personas involucradas, para la formación del acto notarial que más convenga a los intereses de las personas que solicitan el servicio; pero en muchos casos la realidad es otra pues con la gran competencia que existe a nivel social, se presentan situaciones en los que los notarios cobran sumas ridículas por su labor, o no cuentan con los conocimientos suficientes para un verdadero ejercicio de dicho oficio, lo cual ha creado un gran desprestigio en la función notarial.

Por lo anterior me encuentro en total concordancia con los comentarios realizados mediante el presente artículo, el cual plasma una crítica muy acertada en relación a la enseñanza del derecho notarial.

Anónimo dijo...

Ana Lidia Rodríguez dijo:

Considero que los conocimientos adquiridos en la licenciatura con respecto al derecho Notarial y Registral, son simplemente una pincelada de lo que implica el Derecho Notarial, ya que aquí no se adquiere la preparación académica necesaria del notariado, ni se muestra lo que implica el ejercer o no correctamente el Notariado ni la responsabilidad que acarrea el Notario con la fe pública que se le deposita.
Lo poco que uno aprende en la Licenciatura es prácticamente aprender mediante machotes a realizar diferentes documentos.

Cuando termine los cursos de Notariado, sentía que no tenía el conocimiento necesario para atender a una persona y orientarla en cuanto al notariado se refiere, al preguntarle a Notarios, siempre lo que me indicaban era que el Notariado se aprende en la calle. En este momento me pregunto ¿Qué tan correcto es lo que se aprende en la calle? ¿Será por esto que existen tantos procedimientos disciplinarios y tantos Notarios sancionados?
En muchas ocasiones he escuchado a Notarios amigos con años de ejercer el notariado que ignoran como realizar x escrito, porque esos quizá no se contemplan en los machotes que ellos han realizado o analizado, y es sorprendente escuchar historias de cómo ellos hacían al principio cuando iniciaban a ejercer el Notariado con muy poco conocimientos para poder contestarle a un cliente.

Consideró que con el postgrado en Notariado, va disminuir procesos disciplinarios que se están presentando contra los Notarios por errores, por desconocimiento, por descuido o por negligencia en su función. Pero consideró que no va a disminuir aquellos procedimientos disciplinarios de Notarios que buscan de alguna manera defraudar la fe Pública, porque esto va mas allá del conocimiento adquirido académicamente, es más bien la etica que tiene el Notario en el ejercicio de su función y los valores que se le han inculcado.

Ana Lidia dijo...

Me parece que la mayoria de los compañeros en sus comentarios identifican que es gran importancia la maestria como fuente de conocimiento especializado en materia notarial, dada la amplia imformación que se requiere conocer para ejercer correctamente la notaria en pro de el adecuado ejercicio de la fe pública.

Jackie dijo...

Creo que el principal problema de la mala práctica notarial va más allá de la enseñanza en la aulas de esta materia, de hecho dicho aprendizaje ha quedado supeditado a dar un pincelazo de su contenido real, lo cual es producto directo de la despreocupación que hemos adoptado en este sentido.

Si vemos nuestra práctica notarial en comparación con la de otros países podemos observar con claridad que no hemos logrado llenar las expectativas que la sociedad costarricense tiene acerca de la misma, muchas veces por el desconocimiento de los profesionales que ejercen su contenido de forma errónea, otras por la falta de herramientas que propicien una mejor implementación de dicho conocimiento. Por lo tanto, considero que el principal problema por atacar lo será arribar al entendimiento de la importancia que la función notarial representa como instrumento de desarrollo en diversos ámbitos, a partir de este entendimiento se debe buscar un cambio a nivel legislativo y educativo para establecer mejores condiciones en pro del ejercicio del notariado.

Por otro lado se debe llamar la atención de los notarios públicos en cuanto a la responsabilidad que tienen como fedatarios del Estado, es indispensable dejar de traducir en números la tarea encomendada, buscar la especialización de la materia, evitar las prácticas machoteras sin ningún tipo de raciocinio al aplicarlas y en general realzar la actividad notarial con aplicación de los principios que rigen la materia.

Llama poderosamente la atención la competencia comercial que se ha creado alrededor de los servicios notariales, ya que muchas veces son los mismos notarios los que han generado esta realidad en la medida en que regatean su función con tal de conseguir un mayor número de clientes, sin importar la atención brindada a cada uno de ellos y sin valorar las posibles consecuencias que esta mala práctica puede acarrear; prueba de lo anterior son las innumerables denuncias que penden ante el Tribunal de Notariado.

A pesar de los problemas que se han hecho latentes en el ámbito notarial, no todo esta perdido, hoy en día se ha creado un movimiento que busca limpiar la imagen de este sector profesional, se han dictado normas que delimitan su campo, y se busca a través de los centros de educación en especial desde las Universidades con la creación de la especialidad en derecho notarial y registral abundar en mayores y mejores conocimientos que sirvan como palanca para dignificar el ejercicio de la confianza pública depositada en las manos de los notarios.

Unknown dijo...

Desde niña quise cursar esta carrera, y desde ese momento recibí comentarios burlistas por parte de la gente de que no era nada tonta, de que ya sabía lo que quería simplemente porque “Los abogados son unos choriceros”, sin embargo, en ningún momento pensé en el dinero, sino simplemente fue algo que quería hacer, que me gustaba, y que disfrutaría muchísimo; pero debo confesar que fue hasta empezar la carrera que me di cuenta de que además de abogada podía ser notaria.

Estoy de acuerdo con el artículo, la Función Notarial en Costa Rica ha sido tomada como un plus, como algo más, porque dentro de la misma sociedad es muy poca la información positiva que recibimos, sino más bien críticas por los errores que los malos profesionales han cometido, porque inclusive la misma gente no distingue entre un abogado y un notario.

Los cambios que sean hecho para poder ejercer de la Función Notarial es la mejor de las decisiones que se pudo tomar, porque el tener que cursar una especialidad obliga a los profesionales a hacer conciencia sobre su función, sobre lo que pueden y tienen que hacer.
Es increíble el hecho de que sean tantos los profesionales denunciados, y más aún revisar jurisprudencia y leer los argumentos que estos profesionales utilizan para defenderse en los casos en que han cometido un error, a mi personalmente hasta me ha dado vergüenza, inclusive piden que les rebajen la sanción, cuando en realidad más bien deberían suspenderlos de su función porque no conocen ni los principios básicos, y así ejercen, y así enfrentan a quienes los están sancionando.

En la actualidad es muy cierto lo que se dice de los notarios, pero este fenomeno se ha disparado aún más con la creación de tantas malas universidades y son más los malos abogados y notarios, y más los malos profesores que llegan a impartir una clase en estas universidades. Como podrían ser buenos profesionales si quienes imparten las clases tampoco lo son, si hasta eliminan de los programas de la carrera cursos como el de Derecho Notarial y registral, cuando por el contrario debería ser impartido, aunque ya no vayas a optener ese plus así de facíl, porque necesitarás un esfuerzo mayor, pero al menos tendrán una noción de que es a lo que se van a enfretar; claro que esto sólo será posible si cuentan con buenos profesores, con buenos notarios, especialistas en la materia que sepan muy bien lo que hacen.

Por desgracia en este momento son muchos los notarios que buscan beneficios económicos y como aumentar su cartera de clientes, aunque esto implique ser sancionado, aunque esto los obligue a efectuar contratos ilegales, porque lo primero es el dinero.
Por esto que no me importa haber estado 6 años en la Universidad de Costa Rica, y agradezco enormemente el esfuerzo que hizo mi familia porque yo pudiera concluir mis estudios en esta institución, porque tuve la oportunidad de aprender de los mejores, porque soy egresada de una institución con prestigio, y ahora puedo continuar mis estudios en esta institución, cursando la Especialidad en Derecho Notarial y Registral.

En verdad lo mejor que pudo suceder fueron los cambios, y lo mejor que podemos esperar es seguir cambiando, seguir concientizando a los profesionales de que ser notario no es tener cientos de machotes a los que solo les cambias los datos y esta hecho, porque es mucho más que eso, es dedicar tiempo, interés y dinero en tu función, pensar más en tus usuarios, en que lo que estas haciendo no es un juego, sino que en tus manos están los intereses y voluntades de muchas personas, que al final están creyendo y confiando en ti, en que vas a realizar un buen trabajo.
Esperemos que en algún momento las personas cambien de criterio, y quienes venimos atrás y estamos luchando por cambiar podamos demostrar que no todos somos “choriceros” para que la función que realicemos tenga el valor y el respeto que se merece.

Saludos a todos.

Sergio Alfaro dijo...

Sergio Alfaro B

Si bien es cierto la entrada en vigencia del Código Notarial,ha traído una serie de ajustes forsozos al profesional que ejerce el notariado, también es cierto que la mayoría de los profesioanles que ya estaban incorporados o por incorporarse al Colegio de Abogados, no han tenido la exigencia de prepararse para ser evaluados en cuanto a sus conocimientos en lo que al Código Notarial se refiere (normas y responsabilidades). Lo anterior lo acoto debido a que muchas veces se podría estar ante un profesional formado hace muchos años atras y que por desconocieminto (aunque nadie lo puede alegar, menos un profesional en Derecho), cometa errores donde pone en riesgo la función notarial.
Por lo anterior podríamos estar ante un grupo de profesionales que necesitan actualizarse, pero que no hay obligación de hacerlo. Comparto con el compañero Luis Acuña, en lo referente a su comentario, de que el problema no es exclusivo de materia que nos envuelve, sino que es la educación en general en nuestro país, la que requiere de una cirugía mayor.
Permitanme hacer la esta pregunta ¿Si lo profesionales en Derecho somos tan cuestionados (aunque no siempre se justifica el cuestionamiento), que le vamos a heredar a las próximas generaciones que deseen formase en este campo?. Debemos reflexionar, ya que según el dato suministrado por profesor, existe alrededor de un treinta por ciento de los profesionales en Derecho con casos pendientes, sean o no justas las denuncias, esa es nuestra realidad.